Uno de los objetivos de las autoras, es re-situar los estudios del parentesco, en el ámbito de las las teorías de género.
Esto propiciado por el declive de la teoría del parentesco de corte estructural funcionalista. Y los aporte analítico que se derivan del tipo dicotómico, en cuanto concebir una a la mujer insertada en una esfera de poder domestico, y otra de tipo político_ jural.
Y por otra parte con orientación que, se debe ir más allá de los lazos genealógicos, subrayan la propuesta de Schneider, en cuanto a concebir al parentesco más allá de un dominio aislable. Ponderando el significado y atribuciones a relaciones de parentesco.
Las teorías feministas, retoman el estudio del parentesco señalan las autoras, para señalar el rol de la mujer, en un primer momento. Luego se dedican a mapear las relaciones y la variación en la experiencia de las mujeres, entendiendo la construcción de género en sistemas sociales específicos.
Observan las autoras que género y parentesco, se realizan juntos impidiendo según ellas, el trato, previo del uno al otro; además que se realizan en sistemas particulares, económicos, políticos y culturales.
Y que ambos construyen relaciones de igualdad- desigualdad, basan sus principios en las mismas diferencias “naturales” de la gente.
Pensando sobre todo en como la descendencia humana se representa, en el parto, el intercambio heterosexual, el embarazo. Constituyendo el proceso biológico mediante el cual suponemos se crean las relaciones sociales; el matrimonio, la filiación y el parentesco bilateral.
La propuesta de las autoras se dirige en tres vías, no sin antes cuestionar a los mismo estudios de genero, por usar la misma tónica de análisis de las teorías de parentesco funcionalistas.
Ellas conciben que para estudiar el género en el parentesco, se debe estudiar los conjuntos sociales es decir: como las acciones humanas, viene a tener significación social y simbólica.
Luego, asumiendo que las sociedades son sistemas de desigualdad, librando esta concepción de la moral o derecho, y la igualdad justicia en la particularidad de cada pueblos. Lo cual da cierta ventaja en la presencia de la desigualdad en el análisis.
Proponiendo tres vías, para alcanzar a entender esa construcción social, y luego pasar al estudió de genero.
La primera, es los análisis cultural de los significados: que la gente hace, y actualiza a través de su práctica cotidiana. Para entonces preguntarnos que concepto de genero está enraizado en la diferencia biológica.
La segunda, modelos sistémicos de desigualdad, observando como la gente da vida a estructuras desiguales que limitan su posibilidad. Enfatizando en que cada sociedad debe ser estudiada en su momento histórico y particular.
La última, es el análisis histórico que nos dé un sustento a nuestros modelos teóricos, y que sirva para el análisis particular de modelos sistémicos desiguales.
Esto propiciado por el declive de la teoría del parentesco de corte estructural funcionalista. Y los aporte analítico que se derivan del tipo dicotómico, en cuanto concebir una a la mujer insertada en una esfera de poder domestico, y otra de tipo político_ jural.
Y por otra parte con orientación que, se debe ir más allá de los lazos genealógicos, subrayan la propuesta de Schneider, en cuanto a concebir al parentesco más allá de un dominio aislable. Ponderando el significado y atribuciones a relaciones de parentesco.
Las teorías feministas, retoman el estudio del parentesco señalan las autoras, para señalar el rol de la mujer, en un primer momento. Luego se dedican a mapear las relaciones y la variación en la experiencia de las mujeres, entendiendo la construcción de género en sistemas sociales específicos.
Observan las autoras que género y parentesco, se realizan juntos impidiendo según ellas, el trato, previo del uno al otro; además que se realizan en sistemas particulares, económicos, políticos y culturales.
Y que ambos construyen relaciones de igualdad- desigualdad, basan sus principios en las mismas diferencias “naturales” de la gente.
Pensando sobre todo en como la descendencia humana se representa, en el parto, el intercambio heterosexual, el embarazo. Constituyendo el proceso biológico mediante el cual suponemos se crean las relaciones sociales; el matrimonio, la filiación y el parentesco bilateral.
La propuesta de las autoras se dirige en tres vías, no sin antes cuestionar a los mismo estudios de genero, por usar la misma tónica de análisis de las teorías de parentesco funcionalistas.
Ellas conciben que para estudiar el género en el parentesco, se debe estudiar los conjuntos sociales es decir: como las acciones humanas, viene a tener significación social y simbólica.
Luego, asumiendo que las sociedades son sistemas de desigualdad, librando esta concepción de la moral o derecho, y la igualdad justicia en la particularidad de cada pueblos. Lo cual da cierta ventaja en la presencia de la desigualdad en el análisis.
Proponiendo tres vías, para alcanzar a entender esa construcción social, y luego pasar al estudió de genero.
La primera, es los análisis cultural de los significados: que la gente hace, y actualiza a través de su práctica cotidiana. Para entonces preguntarnos que concepto de genero está enraizado en la diferencia biológica.
La segunda, modelos sistémicos de desigualdad, observando como la gente da vida a estructuras desiguales que limitan su posibilidad. Enfatizando en que cada sociedad debe ser estudiada en su momento histórico y particular.
La última, es el análisis histórico que nos dé un sustento a nuestros modelos teóricos, y que sirva para el análisis particular de modelos sistémicos desiguales.
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