De los grandes cambios que operan en el mundo actual, ninguno tiene la trascendencia del operado en la familia, en el mundo de las emociones y convivencia. Como se ha devaluado su valor, creado resistencia y su transformación, es lo que el autor estudia.
Además, las condiciones actuales globales propician el debate de las cuestiones; la igualdad sexual, la regulación sexual, y la familia. Está problemática asegura el autor, se ve impregnada de decisiones políticas poco sustentadas en un entendimiento reflexivo.
Por una parte esta situación de inestabilidad social, tiene que ver con la practica cada vez menos frecuente del matrimonio. A través de las transformaciones de la vida en el campo a la ciudad, donde en esta ultima las relaciones tienden hacer inestables. Por una parte el peso de la tradición se deja de lado, aunado esto que el enfoque de la familia deja de ser una unidad económica donde todos los miembros de un grupo familiar se involucraban en la producción de la tierra.
Así, Giddens visualiza toda una formación de la familia tradicional en crisis. Por una parte a la mujer se le sometía como un objeto sin derechos, al igual que a los niños. Y la sexualidad femenina era mejor ponderada en el ámbito de la mayor producción biológica de los hijos.
Por una parte las condiciones históricas, modelaban la dualidad de mujer virtuosa, y libertina, a partir de la época Victoriana. Como contraparte en algunas culturas esta bien visto el tipo de hombre conquistador. O la homosexualidad que se ha tendido ha tolerarse más en la sociedades occidentales.
Sin embargo, el autor hace hincapié a situaciones que hacen un corte en las relaciones de las personas actualmente, la separación del ámbito de la reproducción y la sexualidad es total. Por lo cual el antiguo vinculo entre sexualidad y matrimonio es roto, dando cabida a relaciones de tipo homosexual.
El autor refiere que la familia sé esta reconfigurando, pues la transición estaba constituida en parte por una fase antigua de la familia tradicional durante la década de los cincuenta. Sin embargo, observa que las familias en esta etapa eran más iguales –hombres y mujeres- de lo que habían sido con anterioridad. Pero el cambio que más notorio es en la esfera de un cariz económico de la familia, por una concepción de amor romántico. Estos entre otros cambios han perfilado la variabilidad y concepción de familia desde entonces.
Esto ha propiciado una serie de formas familiares; personas viviendo con sus padres, parejas viviendo en casa de los padre, parejas sin hijos. Dando pie el autor a la aseveración que se ha convertido –la familia- en una institución concha: Se llama lo mismo, pero han variado sus características elementales.
Por lo que cobra relevancia “la pareja”, en sí misma sobre la familia, solo que ahora basada en lo que Giddens nombra (la intimidad comunicacional emocional), por la cual la comunicación es el generador de una vinculación continua entre la pareja.
Así ante la vieja pregunta de ¿Estás casado? Se yuxtapone ¿Tienes una relación?
Bajo la lógica de “las relaciones” supone dejar por un lado la experiencia tradicional del matrimonio, como una etapa necesaria de la vida y su significado cambia en su totalidad con respecto a las parejas.
El autor se enfoca en tres áreas principales en las cuales sé esta remplazando los viejos lazos que unían a las personas, bajo el modelo de comunicación emocional (intimidad) estas son: relaciones sexuales y amorosas, las relaciones padre-hijo, y la amistad.
Estos tres apartados son analizados bajo el concepto de “relación pura”, referida a una relación basada en la comunicación emocional, en la que las gratificaciones de ella derivada son el insumo para la continuidad de dicha relación.
Giddens, propugna por una apertura hacia lo que llama una democracia de las emociones, donde cada quién asuma su responsabilidad, de “las relaciones” en tiempo de transformaciones. Se pregunta a la vez que pasa en regiones remotas donde los cambios no hacen mella todavía.
Giddens, Anthony . “Familia”un mundo desbocado: Los efectos de la globalización
2000 en nuestras vidas. Cap. 4 Madrid. Taurus. p-p 65-80
lunes, 28 de junio de 2010
¿Existe una familia?
Jane Coller, Michelle Z. Rosaldo, Silvia Yanagisako, problematizan el concepto de familia, elaborado y asumido hasta ahora en las ciencias sociales.
Para ello revisan las viejas teorías por las cuales antropólogos como Malinosky, fueron pioneros en los estudios de la familia y la traza del parentesco.
Uno de los supuestos básicos de está teoría, era “ la función” que
cumplía la familia, en el cuido de los hijos y la gratificación de las necesidades de tipo biológico, o emotivas.
A lo que las autoras dicen que no necesariamente esto debe responder a una universalidad de esta formación. Y no esta integrada por una unidad de tipo nuclear. Pues aseveran que estos los antropólogos sean basado más en su propia fe, que en evidencia a la hora de construir modelos teóricos.
De allí, que sus dos argumentos ha demostrar se han, el porqué los antropólogos siguen creyendo en la universalidad de la familia, y si la antropología nos puede ofrecer una alternativa “natural y necesaria de las familias”.
Las autoras elaboran su critica, por una parte creyendo que los datos de los pensadores del siglo XIX, que Malinosky desecho. Son utilizados para elaborar un análisis más completo y certero. No obstante también estos supuestos son criticados.
Un punto importante que abordan las autoras es el rol de la mujer, que según estos pensadores y la visión de ellas, siguió bajo el dominio del hombre. Reconstruido como un sistema capitalista, que encasilla a la mujer en una esfera de reproducción biológica inmutable. En su contraparte los hombres son los portadores del cambio social.
Está manera de plantearse las relaciones, con un mundo femenino y otro masculino, se ayuda de algunos presupuestos funcionalistas, o victorianos con respectos a la familia. Por una parte las autoras observan que la concepción de la familia biológica, y observan la autosuficiencia, son o deberían de las características que abonan al debate actual.
Esto asociado a la construcción de un carácter más formalizado de la familia, con un concepción más de tipo estado por el cual se reconoce esta.
La propuesta gira en torno hacer una reflexión más refinada de las cuestiones; las acciones, la moral, la crianza, la función de producción individual, el capitalismo productivo. Pues a través de el estudio de estos presupuesto podemos encontrarnos verdaderamente con lo que se tiene, y a su vez de allí partir a un análisis más propio, sustentado en la visión de las sociedades y los actores.
Para ello revisan las viejas teorías por las cuales antropólogos como Malinosky, fueron pioneros en los estudios de la familia y la traza del parentesco.
Uno de los supuestos básicos de está teoría, era “ la función” que
cumplía la familia, en el cuido de los hijos y la gratificación de las necesidades de tipo biológico, o emotivas.
A lo que las autoras dicen que no necesariamente esto debe responder a una universalidad de esta formación. Y no esta integrada por una unidad de tipo nuclear. Pues aseveran que estos los antropólogos sean basado más en su propia fe, que en evidencia a la hora de construir modelos teóricos.
De allí, que sus dos argumentos ha demostrar se han, el porqué los antropólogos siguen creyendo en la universalidad de la familia, y si la antropología nos puede ofrecer una alternativa “natural y necesaria de las familias”.
Las autoras elaboran su critica, por una parte creyendo que los datos de los pensadores del siglo XIX, que Malinosky desecho. Son utilizados para elaborar un análisis más completo y certero. No obstante también estos supuestos son criticados.
Un punto importante que abordan las autoras es el rol de la mujer, que según estos pensadores y la visión de ellas, siguió bajo el dominio del hombre. Reconstruido como un sistema capitalista, que encasilla a la mujer en una esfera de reproducción biológica inmutable. En su contraparte los hombres son los portadores del cambio social.
Está manera de plantearse las relaciones, con un mundo femenino y otro masculino, se ayuda de algunos presupuestos funcionalistas, o victorianos con respectos a la familia. Por una parte las autoras observan que la concepción de la familia biológica, y observan la autosuficiencia, son o deberían de las características que abonan al debate actual.
Esto asociado a la construcción de un carácter más formalizado de la familia, con un concepción más de tipo estado por el cual se reconoce esta.
La propuesta gira en torno hacer una reflexión más refinada de las cuestiones; las acciones, la moral, la crianza, la función de producción individual, el capitalismo productivo. Pues a través de el estudio de estos presupuesto podemos encontrarnos verdaderamente con lo que se tiene, y a su vez de allí partir a un análisis más propio, sustentado en la visión de las sociedades y los actores.
Collier Jane, Rosaldo Z Michelle, Yanagisako Sylvia, “Existe una familia? Nueva pers-
1997 pectiva en Antropología. En Revista Is there a family new
antropological views in the gender sexuality reader. Lancas
ter y di Leonardo (comp.) Routledge . trad. Miranda Gonzáles.
Sobre el incesto.
Robín Fox, aborda “el problema del incesto” como el lo llama. Revisando ciertas, practicas que tiene que ver por una parte con la psicología. Propone hacer una distinción entre exogamia e incesto. Entiende este último como relaciones sexuales, y relaciones conyugales respectivamente.
El autor se está preguntando, porqué en la mayoría de lugares y tiempo sea prohibido las relaciones sexuales intra-familiares, y como deviene en la centralidad del tabú del incesto.
Revisando entre las causas del porqué se prohibe y castiga a los infractores encuentra; que es posible tener una relación incestuosa y casarse luego fuera de la familia. Por tanto las ventajas de desposarse fuera de la familia no explican la prohibición del incesto. Mas bien habría relación con la exogamia.
Por otra parte se alude a la falta de autoridad que se generaría una relación incestuosa –el autor simula como si debiéramos llamarlo matrimonio- en la familia. A lo que el autor no cree posible poniendo el ejemplo del Tibet. El cual consiste en una poliandria fraterna, en el cual varios hermanos comparten una misma esposa y la diferencia de edad entre hermanos es amplia, el mayor ejerce la autoridad de padre.
Otro de los argumentos es el daño desastroso del incesto causaría a nivel genético. Pero según el autor, la opinión generalizada es que causaría más daño que beneficio aunque esto no es del todo seguro.
Robin se pregunta, ¿Porqué decir que el incesto causa lamentables consecuencias, no explica el tabú o por qué se evita?.
Para ello revisa los supuestos que hacen a la gente inducen a la gente a evitar el incesto. Unas de ellas es el “deseo natural” de Freud, por la cual todos nos sumimos en deseos incestuosos que reprimimos. Así en una situación primigenia los más jóvenes de la horda mataron al más viejo, para hacerse de las mujeres jóvenes. Por lo cual nos sentimos culpables, desde entonces. O más aún –señala Robín- se da el paso de un estadio evolutivo de concebir seres humanos como tales, a través de dejar la práctica incestuosa.
El autor menciona que existe diferentes causes de respuesta: restricciones sexuales, y conyugales, ; persistencia y origen de las mismas,; temores, indiferencias, sana progenie.
Pero la respuesta que el autor busca en conocer no es de certeza universal, sino conocer el margen de variabilidad de tal fenómeno concibiendo que las personalidades, las culturas y la conformación de sociedades difieren denotativamente.
Sin embargo, la explicación toma como rumbo no la selección natural que habría propiciado explicaciones del tipo ventajas selectivas, en la conformación del tabú del incesto, con importantes consecuencias sociales que llevaron a perpetuarse.
Si no una especie de síndrome de características biológicas que rodean el impulso sexual, habría llevado a desarrollar el mecanismo evolutivo de la conciencia. Esto llevaría al hombre a perpetuarse, pues inhibe al hombre- se aloja en el sistema nervioso central- los deseos personales en aras de las normas del grupo.
Robín dice que se ha tratado de situar en las sanciones la explicación del incesto. Agrega que es más corriente evitar el incesto que impedirlo, y que las relaciones sexuales entre personas que no son parientes, parecen del mismo tipo que si no lo fuesen. Creándose un instinto especifico de la vida sexual familiar.
El autor se está preguntando, porqué en la mayoría de lugares y tiempo sea prohibido las relaciones sexuales intra-familiares, y como deviene en la centralidad del tabú del incesto.
Revisando entre las causas del porqué se prohibe y castiga a los infractores encuentra; que es posible tener una relación incestuosa y casarse luego fuera de la familia. Por tanto las ventajas de desposarse fuera de la familia no explican la prohibición del incesto. Mas bien habría relación con la exogamia.
Por otra parte se alude a la falta de autoridad que se generaría una relación incestuosa –el autor simula como si debiéramos llamarlo matrimonio- en la familia. A lo que el autor no cree posible poniendo el ejemplo del Tibet. El cual consiste en una poliandria fraterna, en el cual varios hermanos comparten una misma esposa y la diferencia de edad entre hermanos es amplia, el mayor ejerce la autoridad de padre.
Otro de los argumentos es el daño desastroso del incesto causaría a nivel genético. Pero según el autor, la opinión generalizada es que causaría más daño que beneficio aunque esto no es del todo seguro.
Robin se pregunta, ¿Porqué decir que el incesto causa lamentables consecuencias, no explica el tabú o por qué se evita?.
Para ello revisa los supuestos que hacen a la gente inducen a la gente a evitar el incesto. Unas de ellas es el “deseo natural” de Freud, por la cual todos nos sumimos en deseos incestuosos que reprimimos. Así en una situación primigenia los más jóvenes de la horda mataron al más viejo, para hacerse de las mujeres jóvenes. Por lo cual nos sentimos culpables, desde entonces. O más aún –señala Robín- se da el paso de un estadio evolutivo de concebir seres humanos como tales, a través de dejar la práctica incestuosa.
El autor menciona que existe diferentes causes de respuesta: restricciones sexuales, y conyugales, ; persistencia y origen de las mismas,; temores, indiferencias, sana progenie.
Pero la respuesta que el autor busca en conocer no es de certeza universal, sino conocer el margen de variabilidad de tal fenómeno concibiendo que las personalidades, las culturas y la conformación de sociedades difieren denotativamente.
Sin embargo, la explicación toma como rumbo no la selección natural que habría propiciado explicaciones del tipo ventajas selectivas, en la conformación del tabú del incesto, con importantes consecuencias sociales que llevaron a perpetuarse.
Si no una especie de síndrome de características biológicas que rodean el impulso sexual, habría llevado a desarrollar el mecanismo evolutivo de la conciencia. Esto llevaría al hombre a perpetuarse, pues inhibe al hombre- se aloja en el sistema nervioso central- los deseos personales en aras de las normas del grupo.
Robín dice que se ha tratado de situar en las sanciones la explicación del incesto. Agrega que es más corriente evitar el incesto que impedirlo, y que las relaciones sexuales entre personas que no son parientes, parecen del mismo tipo que si no lo fuesen. Creándose un instinto especifico de la vida sexual familiar.
Fox, Robin “El problema del incesto”. En sistema de parentesco y matrimonio.
1972 Madrid. Alianza. p-p 51-71
Suscribirse a:
Entradas (Atom)